6 de marzo de 2011

silencio





¿Por que hablo de silencio
cuando en verdad no paro de hablar?


Siempre concebí el blog como un espacio perfecto para poder desnudarme pues el anonimato tiene esa característica que te permite ser tú misma sin temor a ser reconocida, explotar en lágrimas o risas y no importarte qué pensarán los demás, poder soltar lo que llevas dentro y que las personas de tu entorno no sepan nada de lo que has contado. En definitiva, un lugar para el desahogo. Y así lo ideé, como una especie de diario, una válvula de escape.
Mi primer blog la conocieron solo dos amigas mías y no comentaba nadie más que ellas porque tampoco yo frecuentaba otras blogs.
Después abrí otra  y me integré en esa dinámica placentera de visitar blogs y así nació el intercambio de comentarios, algo que realmente me gusta, pues es otra forma de comunicarte con el mundo. Durante mucho tiempo, esa blog, con un gran número de comentaristas, siguió siendo anónima, pues con ninguno de ellos establecí ningún tipo de vínculo que trascendiese más allá de la blogosfera.
Pero llegó un día en que ese intercambio de impresiones y sentimientos creó unos vínculos afectivos, nació la cercanía, algo que nos indujo a pasar a otro tipo de relación, y hubo un grupito de personas a las que conocí en la vida real, personas con las que hemos compartido más que palabras. Con algunas me unen sentimientos de amistad.

Y cuento esto porque, a pesar de ello, yo sigo utilizando el blog como lugar donde escupo todas mis penas y alegrías, donde me destapo como en aquellos tiempos en los que era un ser anónimo. Y claro, todo el conjunto de mis sentimientos lleva inherente, a veces,  sentimientos de otras personas que están vinculadas a mí.

Y hoy me siento mal por servirme de este espacio para desahogarme sin tener en cuenta el peso que cargo sobre otras personas que me quieren y me respetan, el sufrimiento que les puedo estar causando.

Sé que esta blog me da vida, pues en momentos bajos me miman e ilusionan vuestras palabras. La lectura de vuestras blogs llena mis vacíos, me permite no encerrarme en mi silencio y mi tristeza, pero me doy cuenta de que en el fondo estoy faltando el respeto de otras personas. Aun cuando este espacio es mío, no debería desnudarme si con ello desnudo la intimidad de otros. No, no tengo derecho a ello. Puede que hasta me falte el respeto a mí misma, a mi propia intimidad, pero esa es mi elección personal.

Y sé que no es cuestión de cambiar de blog, de pretender ser alguien anónimo, porque una ya lleva impreso en sus letras una forma de sentir. Qué más da llamarse Aprendiza, Jardinera o Flower, si los que entráis por aquí seríais capaces de reconocer mi estilo en miles de jardines que inventase.

Me gustaría decir adiós al blog, pero es duro para mí rechazar este regalo que me ofrece la blogosfera, esos minutos en los que escapar del abismo. En su defecto intentaré ser capaz de inventarme vidas ajenas y recrear sentimientos que, aunque nazcan de mis entrañas,  no pertenezcan a las mismas.

No me gusto cuando creo que he obrado mal,
pero me chiflo cuando sé rectificar a tiempo.
Disculpas.




3 comentarios:

Daniel F. dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada, sin conocerte creo haberte conocido.
Un saludo.

flower dijo...

Gracias.
:)

VolVoreta dijo...

Cielo, muchos/muchas utilizamos este sistema para poder expresarnos con una cierta libertad, en un espacio donde pensamos que la opinión objetiva de los demás incluso nos puede ayudar (a lo que sea). Haz lo que sientas...es lo único que no suele fallar.

Te dejo un beso, Flower.