Me aburro. Y esta expresión la odio, de veras. Con la de cosas que hay para hacer en esta vida, pero es que es ver siempre lo mismo. Será que ya no estoy en esta línea, en esta movida, que hay tiempo para todo y, el del blog, se terminó.
Hace unos años era algo divertido. Entrabas por la noche en tu bitácora y era poco menos que un local de copas, pero sin las copas. Un sitio donde echarte unas risas y deparar con todo aquel que asomase la nariz por el lugar. Lo admito, no publico a diario (tampoco lo hacía en su día) pero, no sé, es como una desgana grande, como cuando te pesan los brazos y solo deseas tirarte en el sofá. Además, me da una pereza inmensa ir de visita a otros blogs.
En casa de Ning nos lo pasábamos en grande, entraba gente por doquier, todo el mundo con un rollito majo, con ganas, sin más pretensiones que pasarlo pipa. Pues ni en ese lugar que siempre ha sido un hervidero de comentarios divertidos, oportunos, chistosos, veo que haya color.
Y para más inri, al único blog que entro, aparte del de la señorita que acabo de mencionar, se enfada su dueño porque no escribo lo que parece que a él le debe apetecer escuchar.
Así que, señores, señoras, aquí les dejo. Por puro aburrimiento.
Nota: La de la foto no soy yo. Yo ya no fumo. Ñam! Con lo que a mí me gustaría... ;)
Otra nota: Ning, muchas gracias por permitir que este lapsus en casa haya sido más entretenido en tu compañía, con tus mensajes, comentarios, llamadas y wasaps. Tenerte cerca me ha aliviado. Ya sabes, a mí las paredes enseguida se me echan encima. Las fuerzas están casi repuestas, me voy de nuevo al ataque. Love you, cuchi-cuchi!